El diseño de interfaz va mucho más allá de la estética, uno de sus objetivos principales es la reducción de los costes operativos. Utilizando la información previamente adquirida, creamos soluciones eficientes que satisfacen tanto las necesidades de los usuarios como de negocio.
En esta fase, además, se define el estilo gráfico que tendrá el producto y qué componentes lo conformarán pudiendo crear un sistema de diseño que permita escalar el producto de forma sencilla.
Un proceso de elaboración complejo, donde se aúna una buena usabilidad y accesibilidad, con componentes y pautas que tendrán como resultado un producto o servicio atractivo y funcional para el usuario con una experiencia completa y efectiva.