Cuando nos propusieron renovar la identidad corporativa de Arteixo Centro Comercial Aberto supimos que teníamos por delante un reto: el reto de reflejar, en una sola marca, la gran variedad de comercio y servicios que nos puede ofrecer la localidad de Arteixo.
Las premisas que necesitaban reflejar eran la representación de un comercio de proximidad, la cercanía del consumo de barrio, que fuese sencillo, moderno, amable y que integrase a todo un conjunto de establecimientos de diferentes sectores como hostelería, servicios, automoción...
Tras un análisis de las premisas y buscando un nexo común que nos permitiese reflejar todos los conceptos que definían el CCA Arteixo, se optó por recurrir a una conceptualización de tienda de barrio, el casi extinto ultramarinos que nos ha salvado de más de un apuro en tantas ocasiones.
Estas pintorescas tiendas, que ahora percibimos como de otra época, eran la base de nuestro comercio si nos remontamos unos años atrás. En estos pequeños –por lo general– establecimientos podíamos encontrar de todo: desde alimentación, menaje, productos de higiene… algunos disponían de lotería, bar… eran el centro de encuentro de los vecinos y vecinas de cualquier barrio, ya sea para aprovisionarse para el día a día o para tomar un café o una chiquita.
Además, los productos de estas tiendas de antaño eran de proximidad, por lo cual su consumo repercutía directamente en la economía local y de la zona.
Una de las características más importantes de este tipo de establecimientos, y que estamos perdiendo hoy en día, es que el trato era cercano y personal, puesto que los clientes eran habituales y se establecían lazos de confianza entre el cliente y el tendero.
Todos estos aspectos forman parte de los ideales de Arteixo Centro Comercial Aberto y es por eso por lo que se establece una relación con este tipo de comercios.
La iconografía como nexo de unión
Tras definir el concepto que se quería reflejar, se necesitaba encontrar un elemento que fuese identificativo y que no hablase de un solo tipo de sector. Es a partir de estos parámetros se definió un icono representativo de estos comercios: el toldo.
El toldo es un elemento que guarda relación con los establecimientos de antaño, que se empleaba para proteger del sol directo a los productos que se exponían en sus ventanales. Actualmente, su uso se mantiene para todo tipo de establecimientos, tanto del sector servicios como hostelería, tiendas de ropa, librerías… Por tanto utilizamos esta idea de icono de establecimiento tradicional aplicándole una estética actual que le aporta modernidad.
Para hacer la representación gráfica se buscó un elemento liviano y moderno; una iconografía fácil de identificar, pero saliéndose de la norma para aplicarle personalidad a la identidad.
La propuesta
Estas son las versiones principales de la identidad ganadora, en ella, el toldo se representó con tres formas consecutivas que juegan con el espacio negativo para crear bandas y formar un toldo en ¾.
El término Arteixo gana presencia con una fuente limpia, sin remates, creando un bloque que sirve de apoyo al símbolo. Además, lo mantenemos todo en minúsculas, sin ninguna capital, para establecer una estructura más compacta y aplicarle el toque amable. Todo esto se asienta sobre el claim en letras mayúsculas que sirve como línea base y cierra la estructura.
En cuanto a gama cromática se decidió mantener el color rosa, que ya identificaba al CCA Arteixo, para mantener la asociación de los usuarios con la entidad, aunque en una tonalidad más amable y menos luminosa. El color principal se contrastó con un morado que lo potencia y complementa. Este juego de colores se puede llevar a las versiones monocromáticas de forma que la identidad sea más dinámica.
Con esta identidad se abre una nueva etapa en Arteixo Centro Comercial Aberto en la que se quiere enfatizar el profundo interés en construir una comunidad sólida que fomente el comercio de proximidad y las relaciones personales, tratándose así de una gran tienda de barrio.
