La Real Academia de la Lengua ofrece dos acepciones para la palabra creatividad: la “facultad de crear” o la “capacidad de creación”. Sin embargo, los que trabajamos con ella a diario sabemos que es un concepto difícil de definir, por esquivo e intangible.
Empecemos por el principio: la creatividad es el proceso mediante el cual somos capaces de crear algo útil y nuevo. Es una facultad típicamente humana, como pensar, hablar o crear.
La creatividad está muy vinculada a nuestra imaginación, ya que esta última es la que nos permite dar a luz a las ideas. Sin embargo, mientras que la imaginación puede funcionar sin un objetivo concreto, cuando hablamos de creatividad nos referimos a la creación de algo que soluciona un problema. La creatividad siempre tiene un fin.
En duacode nuestra creatividad está dirigida a diseñar buscando la estética y la funcionalidad, y a dar con soluciones que mejoren la eficacia de nuestros clientes. Esto a veces significa acelerar procesos, otras veces automatizarlos, o mejorar la experiencia del usuario. Ponemos a trabajar nuestra creatividad para diseñar plataformas y desarrollos personalizados que solucionen los problemas reales de nuestros clientes.
Creativo: ¿se nace o se hace?
Aunque todos la usamos con más o menos frecuencia, tendemos a asociar la creatividad a una característica innata al individuo: o naces creativo o no lo podrás ser nunca. Sin embargo, autores como Erich Fromm (psicoanalista, psicólogo social y filósofo alemán) llegaron una y otra vez a la misma conclusión: “La creatividad no es una cualidad de la que estén dotados particularmente los artistas y otros individuos, sino una actitud que puede poseer cada persona”.
La creatividad es en realidad un músculo que responde y se fortalece con el entrenamiento, y que puede desarrollarse a voluntad igual que puede atrofiarse si no se utiliza.
El psicoanalista Ernst Kris definió la creatividad como la habilidad de encontrar nuevas conexiones entre ideas. Son múltiples los autores que han identificado la creatividad con conceptos similares. Getzels y Jackson en su libro Creatividad e Inteligencia definen la primera como “la habilidad de producir formar nuevas y reestructurar situaciones estereotipadas”. Sidney Parnes, académico estadounidense experto en creatividad, la define como la “capacidad para encontrar relaciones entre ideas antes no relacionadas, y que se manifiestan en forma de nuevos esquemas, experiencias o productos nuevos”.
¿Cómo se llega a una idea creativa?
Existen muchas formas de trabajar y fortalecer nuestros pensamientos creativos, que abarcan desde técnicas poco estructuradas a otras muy estructuradas. Normalmente tratan de ayudar a romper las barreras del inconsciente para dar rienda suelta a la fantasía y la imaginación. La lluvia de ideas es una de las técnicas más conocidas, pero existen muchas más. Trabajar con pensamientos laterales, ideas aleatorias o recetas heurísticas son algunas de las aproximaciones posibles para ejercitarla.
Esta parte inicial del proceso es la más importante. En ella se resuelve el problema, a la vez que se definen las bases sobre las que trabajaremos y los resultados que queremos obtener. Nuestros clientes se imaginan qué necesitan para mejorar sus proyectos, y nosotros transformamos su imaginación en realidad. Tomarnos muy en serio la creatividad es la forma de aportar valor a nuestros clientes. Solo así conseguimos que nuestros trabajos se adapten como un guante a sus particularidades.