Julián Lorenzo, director de la Alianza Lãberit-Microsoft entrevistó a Álvaro Enríquez, CEO de duacode, en las TechLab Chronicles que realiza la empresa valenciana en colaboración con Microsoft. Una charla sobre los orígenes de la marca coruñesa, la convicción y confianza de Álvaro ante su proyecto. Como siempre, con una mirada hacia el futuro, para reflexionar sobre la dirección que va a seguir duacode en los próximos años.
Duacode x Lãberit, una alianza tecnológica
Desde el pasado mes de enero, Lãberit forma parte del accionariado de la empresa coruñesa. El objetivo, establecer una sinergia entre ambas empresas para seguir progresando. En palabras de Álvaro Enríquez, “creemos que la entrada de Lãberit en el accionariado es vital para crecer, ya no sólamente porque ayudemos al resto de unidades de negocio a ofrecer una UX (experiencia de usuario) mejor en herramientas que tengamos o lo que podamos implementar en clientes”. El director ejecutivo tiene claro que “el camino a seguir es lograr que la marca duacode se convierta a nivel nacional en referencia”.
La experiencia de usuario como el foco principal
Álvaro Enríquez realiza relata durante la entrevista cómo tuvo que enfrentarse a la labor de comercial, cuál es el propósito principal de la empresa y cuenta algunos detalles de su punto de vista frente al emprendimiento. A nivel personal, Sse define como “muy inquieto desde pequeño”, mientras que recuerda que ya lleva una década al frente de la empresa. En la actualidad, duacode está formado por un equipo que ronda las cuarenta personas. “Desarrollamos software a medida con el foco centrado en el usuario, lo que nos lleva a tener una experiencia de usuario muy potente” añadió Álvaro ante la pregunta sobre el propósito de duacode.
La primera factura de duacode, siempre en el recuerdo
El director ejecutivo de duacode hace un repaso de los comienzos de la empresa: “Inés Fernández, fisioterapia, 300€. Ese fue el importe de nuestra primera factura”. Un nombre que le vino rápidamente a la cabeza, ya que además han querido hacerle un cariño. "Tenemos una sala en la nueva oficina a su nombre, la idea es poner un cuadro con la primera factura, para que no se nos olvide de dónde venimos”.